El arte de ambientar.






Cuando ideamos una fiesta pensamos mucho en el entorno, los espacios, imaginamos el contexto donde va a suceder cada momento, el tema es, ¿Qué tener en cuenta? ¿Cómo saber que hacer?.
Es primordial entender donde hacemos el evento, los beneficios o limitaciones de nuestro salón, sumado a esto, cuánto estamos dispuestos a invertir en este proveedor. 

Si bien como mencionamos en la columna anterior, con iluminación vamos a poder “ambientar” algo, hay muchos otros elementos que van a ser fundamentales para generar espacios, momentos, sensaciones y hasta sentimientos. 

Si somos afortunados de ir a varias fiestas, seguramente vamos a entender que la ambientación no solo está ligada a la personalidad de la/los homenajeada/os, sino también nos va demostrar la creatividad y dedicación con la que se pensó el evento. 

Hay muchas formas de abordar la ambientación, y eso va a depender de los espacios en los que se va a trabajar, alturas, columnas, pisos, ventanas, puertas, materiales, todo va a intervenir en la propuesta que se vaya a armar. Podemos simplemente pensar en centros de mesa y la mesa principal, o podemos entender la ambientación como un todo. Lógicamente, depende el tipo de evento que estemos armando, cantidad de invitados, y el mensaje que queramos dar.
Si bien hay salones que por su estética no requieren de grandes despliegues, es importante saber con qué combinar, qué elementos, qué flores pueden convivir sin ser algo burdo. 

No es lo mismo tener una reunión de 2 horas con un ambientador que nos brinde una propuesta global, donde cada detalle es cuidado y pensado, a ir buscando elementos para embellecer los ambientes. Podemos optar por una u otra opción, según nuestros gustos y posibilidades. Eso que no quiere decir que no puedan existir ambas alternativas, sino que hay opciones para cada uno. 

Como mencioné ya varias veces, los eventos son únicos, y siempre depende de la/los homenajeada /os, cada etapa del armado, cada detalle. En esta instancia sucede lo mismo, los colores, formas, texturas, materiales, imágenes que elijamos para la ambientación van a hablar del tipo de evento que queremos darle a nuestros invitados, de cómo queremos que se sientan y de lo importante que es compartirlo con ellos. 

Diseñar la ambientación del evento, implica también la participación de la iluminación, (resaltar, sombrear, dar color), de los efectos (humo, Co2, papelitos), de la música (recuerdos,  sentimientos, estados de ánimo), de la convivencia de nuestros familiares y amigos en relación con el contexto que los rodea.



Paula Anache.

                                                                                                          (texto 100% de mi autoria)

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