Cuando comenzamos a
planificar la fiesta, pensamos en el entorno, imaginamos cómo será, muchas
veces recordando alguna escena de película, algún lugar donde viajamos o alguna
imagen que hayamos visto en internet.
Lo primero que tenemos
que pensar es cómo nos gustaría, a nivel global, la fiesta, esto va a tener que
ver principalmente con la personalidad de el/la o los homenajeados.
Es importante que
tengamos en cuenta si el evento va a ser de día o de noche y en qué época del
año tenemos pensado hacerlo. Estos ítems van a ser determinantes al momento de
emprender la búsqueda.
Actualmente encontramos
un sinfín de estilos de salones. Algunos muy definidos, otros con ambientes
neutros dispuestos a ser ambientados según prefiramos. Están aquellos que
disponen de parques que pueden ser aprovechados, otros con estilo marcadamente definido hacia lo “rococó”
(casonas antiguas por ejemplo), los hay minimalistas, como salones de hoteles,
o salones más clásicos con estilo propio.
Otro determinante al
momento de iniciar el recorrido va a ser la cantidad de personas convocadas,
encontramos sedes que albergan mayor cantidad de invitados que otras. Siempre
es preferible que sobre espacio a que falte!.
La ubicación del salón
puede ser otro ítem importante, generalmente uno busca lugares cercanos a donde
viven la mayoría de nuestros familiares y amigos, a veces también se puede
tener en cuenta algún lugar de fácil acceso o ubicado en zona cercana a
aeropuertos o terminales de micros si es que tenemos invitados de otros lugares.
Inevitablemente es muy
común que hoy en día comencemos la búsqueda a través de internet, herramienta que
puede ser de gran ayuda, siempre y cuando no nos quedemos solo
con lo que ahí encontramos.
Realizar una recorrida
por los salones que más nos hayan impactado es fundamental. Hacer una visita,
ver el recorrido y acceso yendo en vehículo, qué nos genera al llegar la
fachada, tener en cuenta el horario en el cual sería nuestro evento y tratar de
verlo en ese momento del día para tener una mejor apreciación. Comparar 3 ó
4 opciones (a menos que nos hayamos
enamorado de una a primera vista), …
Analizar cada detalle que
creamos relevante, si ayuda podemos hacer una lista para no descuidar nada. Si
tuvimos la suerte de haber podido asistir a varias fiestas, seguramente pudimos
percibir cosas que nos gustaron y cosas
que no, en este momento esas sensaciones
nos ayudarán a ser más minuciosos.
Hay un sinfín de
cuestiones a tener en cuenta, además obviamente de que nos agrade estéticamente,
de que sea funcional y que podamos
ambientarlo,… por ejemplo:
Accesos –
consideremos si tenemos adultos mayores, familias con cochecitos, personas con
alguna imposibilidad.
Baños – cantidad,
tamaño, estado.
Cocina – aunque no
lo parezca, es muy importante ver si el personal de cocina cuenta con el
espacio necesario para realizar las tareas cómodamente, eso ayudará a que la
comida sea servida en tiempo y forma. Espacios de Refrigeración.
Salón de Recepción – si es que
lo tiene, (si tiene parque para esta opción, contamos con una alternativa en
caso de lluvia?), espacios, disposición, distancia con baños.
Salón Principal – espacios, disposición,
capacidad de incorporar escenario (o si lo tiene), distancia con baños, que
visión tenemos de la salida de cocina, salidas de emergencias, posibilidad de
colgar elementos (en caso que querramos ambientar o disponer de más iluminación
o efectos)
Cada detalle va a influir
en nuestra fiesta, en la noche soñada. La posibilidad de contar con un
Organizador de Eventos en esta búsqueda es fundamental, ya que con su experiencia y conocimientos nos
facilitará enormemente el relevamiento y elección del salón. La cantidad de
salones recorridos a lo largo de su trayectoria ayudan a que no pierda detalle
y esté al tanto de las mejores opciones según el gusto y posibilidades del
cliente, según el público al que esta apuntado el evento, según la época del
año y sobre todo que se adapte a la idea principal del cliente.
Paula Anache.
(texto 100% de mi autoria)
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